miércoles, 8 de agosto de 2012

LLEGA LA SEXTA, LA SÉPTIMA EN CAMINO



Una impecable actuación del dúo español formado por Andrea Fuentes y Ona Carbonell (natación sincronizada) le ha permitido colgarse la medalla de plata en una reñida competición en la que se impusieron por 30 centésimas a China. La medalla de oro fue para la pareja rusa.

En el momento justo, la pareja de catalanas dio lo mejor de sí mismas. Eran conscientes de que para superar la ventaja de las chinas, una décima de punto, se tenían que dar dos condicionantes: mejorar la actuación de la víspera y también que el sorteo les beneficiara.

Ambas se dieron. La interpretación del tango 'La cumparsita' estuvo a un nivel superior y el sorteo -nadaron las undécimas, las chinas séptimas- también les fue favorable.

Entrenado lo técnico, recuperado el físico, lo importante era el punto emocional. Llegar con el punto justo de tensión, pero sin angustia. La tarea del equipo técnico y de Andrea Fuentes también ha sido fundamental para insuflar confianza a Ona Carbonell. Fuentes es una veterana, la capitana del equipo, la sustituta de Gemma Mengual, con quien había ganado muchas batallas y unas cuantas medallas. Carbonell una novata, una nadadora con una enorme proyección que afrontaba su segunda gran competición y su primera cita olímpica.

Una gran puesta en escena y una sincronización más enérgica y sin errores. Cuando saltaron a la piscina, justo después de que la pareja rusa formada por Natalia Ischenko y Svetlana Romashina hubiera realizado su tercera exhibición que las llevaba hasta la medalla de oro, las españolas parecían convencidas. Sabían que para ganar tenían que conseguir como poco 96,880 puntos, después de que el dúo chino formado por Xuechen Huang y Ou Liu hubiera mejorado también su puntuación tras firmar 96,770 puntos.

Exultantes tras conocer el resultado, las españolas han conseguido su tercera medalla consecutiva en unos Juegos, a las dos de plata logradas en Pekín (dúo y equipos), se le suma la de hoy. En todas ellas ha participado Andrea Fuentes, que con tres platas se convierte en un referente, una cifra que seguramente incrementará con la que España puede obtener en el ejercicio por equipos que da comienzo dentro de dos días.

La medalla de oro fue para las inalcanzables rusas. Ischenko y Romashina juegan en otra liga y su ejercicio, caracterizadas de muñecas diabólicas, es impresionante y mereció 98,900 puntos. El bronce fue para las chinas, quienes dominaron la competición en las dos primeras sesiones, pero tuvieron que inclinarse ante la calidad de las españolas a la hora de la verdad.

La séptima medalla está en camino


La selección española femenina de waterpolo, debutante en la competición, han vuelto a sorprender para clasificarse para la final del torneo olímpico tras derrotar a Hungría (9-10) y se jugará la gloria del oro frente a Estados Unidos.

El equipo de Miki Oca echó por tierra los principios de la experiencia y del saber estar en la alta competición. Con un equipo muy joven, España se ha encaramado en la final tras ganar todos los partidos que ha jugado hasta ahora y sólo ha cedido un empate, ante Estados Unidos, el último rival que le queda por el camino.

El triunfo de España es el del trabajo bien hecho y del aprovechamiento máximo de las facultades del equipo. Además, ha contado con el brillo especial que le ha dado hoy al ataque Anni Espar (19 años).

La jugadora del CN Sabadell fue el alma del equipo, marcó cuatro goles, asistió con maestría, pero cuando fue eliminada a 6:30 para el final del equipo, España no se descompuso, buscó otras opciones y las encontró.

La duda estribaba en si a las jóvenes waterpolistas, a las 'guerreras' como se gustan llamar, les pesaría la responsabilidad de jugar una semifinal olímpica. En un par de minutos la disiparon. Las dos primeras superioridades finalizaron con gol, uno de Espar y otro de Pili Peña, otra de las destacadas y que tampoco pudo completar el partido por una expulsión.

El despegue llegó en el segundo cuarto. Un gol de Roser Tarragó, en el último segundo de una posesión, cuando quedaban 1:30 para el final, puso el 3-7 en el marcador, pero Hungría reaccionó y volvió a situarse en disposición de disputar el partido 5-7.

Se complicaron aún más las cosas después de que el parcial magiar alcanzara el 3-0 (6-7). Entonces apareció Tarragó y también Espar.

En el último cuarto, con 6-8 y sin Espar, a Maica García, que realizó un trabajo de desgaste continuado sobre la defensa húngara, le anularon un gol por fuera de juego, pero la boya fue decisiva al marcar el 7-10.

Las húngaras ya no tenían capacidad de respuesta, llegaron hasta el 8-10 (2:30). Entonces España jugó con maestría. Pausa y control. Miki Oca, desde la banda, marcaba el ritmo. El 9-10 húngaro llegó en el último suspiro, para entonces las 'guerreras' ya estaban celebrando el pase a la final.

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