domingo, 8 de julio de 2012

SIR ROGER VUELVE A LA CARGA

Roger Federer volvió a coronarse como campeón de Wimbledon tras vencer en la final a Andy Murray. En sus vitrinas acumula 75 títulos (17 Grand Slam), entre los que destacan las siete copas conquistadas en Londres. Quedará para la historia su gesto emocionado como pocas veces sobre el verde de la central del All England Club, tras recuperar su corona en Wimbledon y volver a ser el 'número uno' mundial.

El suizo se impuso al ídolo local, Andy Murray, por un marcador global de 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4 tras tres horas y veinticuatro minutos de batalla. El partido comenzó con un Murray enchufado, acertado y atrevido que se hizo con el juego inicial al resto. El británico parecía haber templado los nervios propios de la final de un Grand Slam. Federer, que tardó en carburar su maquinaria, logró igualar la contienda merced a un mejor porcentaje de servicios. Todo parecía haberse tornado en claridad para el de Basilea regaló su saque y con ello el set. El escocés pudo hurgar más en la herida de un Federer que no terminaba de encontrarse, pero dejó escapar cuatro bolas de break en el desarrollo de un set en el que llevó las riendas y que acabó perdiendo el saque. Roger se metió de lleno en el partido.

La clave estuvo en el sexto juego del tecer set, poco después del parón obligado por la lluvia, con el escocés al saque y 20 apasionantes minutos del mejor tenis visto en Wimbledon. Nueve "deuces" llegaron a disputar, con seis bolas de "break" para Federer que Murray llegó a conjurar a golpe de "ace", con ocasionales subidas y con su potentes 'drive' cruzados o en paralelo desde la línea de fondo. El suizo recuperó sin embargo su potente pegada tras el "descanso". Superado el definitivo escollo en el ecuador del partido, el suizo pareció volar en la recta final, mientras Murray daba síntomas de fatiga física y mental.

Con la sonrisa de alivio en el rostro, Federer reconoció que es un "momento mágico", al recoger el trofeo de ganador: 
"En los dos últimos años he dejado escapar muchas ocasiones, pero nunca he dejado de creer y he recuperado la confianza. Creo sinceramente que he jugado mi mejor tenis en este torneo"
 Andy Murray se quedó sin romper su propio techo en su tercera final de un Grand Slam y sin conjurar el maleficio británico al cabo de 76 años. El escocés dio sin embargo la talla con creces sobre la hierba resbaladiza de Wimbledon y tuvo a Federer en un puño durante la primera mitad del partido. "Me voy acercando", dijo Andy Murray entre lágrimas y en sus primeras declaraciones a pie de pista. El escocés se tomó medio minuto para recuperar la compostura: 
"No va a ser fácil... Quiero felicitar antes que nada a Roger, no ha jugado nada mal pese a tener 30 años. Quiero agradecerle al público. Todo el mundo habla de la presión, pero la verdad es que el apoyo que he tenido ha sido estupendo"

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